jueves, 29 de octubre de 2009
DIOS POTENCIA TU AUTOESTIMA..
Cuando me presento a Dios, debo ser una persona íntegra. No debo usar máscaras delante de Él; porque, no puedo ocultar nada, desnudo estoy en su presencia. Antes de que yo hable, todo lo sabe de mí, por eso debo presentarme ante Él de una sola pieza. Esto es una actitud que te lleva a renunciar a toda hipocresía, religiosidad y legalismo. Estas actitudes no dejan que seas sincero con EL, te atan y no te dejan crecer en Dios.
Dios quiere bendecir a personas transparentes. El Apóstol Juan dijo: “Si uno dice que no peca le hace a Dios mentiroso”. Es necesario que confieses todo a Dios, “pués, Abogado tenemos para con el Padre a Jesucristo el justo”. Desde el momento que hablaste con Dios, desde ese momento eres libre, perdonado y amado. No tienes que agradar a nadie, ni vivir pensando del qué dirá la gente. Porque tienes la cabeza sana y piensas de una manera distinta.
La palabra integridad viene del griego afthoria. Su significado sin mancha, del hebreo tummim que significa perfección, inocencia. Que Dios demanda hoy de ti: No convivas con el pecado, no le des cabida en tu vida, renuncies a la mentira. Que cuando te presentes al Señor, no encuentre pecado en tu vida. Por eso, no coquetees con el pecado, aléjate de él. No le invites al diablo en tu vida. Tendrás todo el respaldo del Reino de los Cielos a tu favor, y lo que antes no podías vencer, lo vencerás, “porque mayor es el espíritu que hay en ti de aquél que está en el mundo”.
Uno de los beneficios que recibirás por ser una persona integra, es que Dios hará conocer tu nombre. Esto le dijo a Abraham “anda delante de mí y sé perfecto”. Porque haré de ti Padre de Naciones. En qué se convirtió Abraham, en Amigo de Dios. Por tanto engrandeció su nombre entre las naciones hasta el día de hoy. Tú dejarás herencia a tus hijos, y tus hijos a sus hijos, y serás conocido en tu barrio, ciudad, país, o quizás en el mundo entero.
Lo que Tú piensas de ti mismo, debes desecharlo. Rompe con tus paradigmas, el decir: Nadie me quiere. Nadie me hace caso. Nadie me ayuda. Estoy solo en esta vida. No hables así, lo único que vas a conseguir es que la fe que tienes, se te va apagar. Cambia de actitud, dí que todo, desde ya te está saliendo bien. Que todo lo puedes. Que Cristo te fortalece. Que Jesús está contigo como poderoso gigante. Soy como árbol plantado junto a corriente de agua y todo lo que hago ya ha sido prosperado y seguirá prosperando en mí vida, en mí familia, en mí empresa, en mí trabajo.
Que producirá esta actitud en tu vida, vas a tener una autoestima indestructible, “En las manos de Dios Tú eres invencible”. Eres Hijo de Dios, tienes su ADN. No eres un bastardo. No eres una copia. Eres original, nadie es ni será igual que Tú. Eres un verdadero campeón. Nadie te puede igualar jamás. No necesitas que nadie te diga nada, que nadie te califique, porque tienes una identidad afirmada en Dios. Sabes que Jesús en la Cruz del Calvario venció al Diablo para siempre; y a ti te dio el privilegio de ser llamado Hijo de Dios. Por eso debes tener una afirmación interior, una valorización positiva de tu vida, una autoestima inquebrantable. Por eso llénate de fe porque hablarás de forma distinta. Porque tu fe, hará que tu autoestima esté acorde a tu fe. Los dos se unirán y serán una fuerza espiritual, crecerán en ti; te darán poder para enfrentar cualquier situación y derrotar toda circunstancia pasajera. Buscarás mejorar tu relación con Dios, porque tendrás la mentalidad de un conquistador. Que sales para arrebatar tus bendiciones personales; para tu familia, para tu barrio, para tu ciudad, para tus compatriotas, para tu país, y quizás el mundo entero.
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