jueves, 12 de noviembre de 2009

TE HAS ENAMORADO DE ALGUIEN QUE ES DE OTRA RELIGION?




El amor no sabe de religión. Solo sabe de atracción y sentimientos. Puede que hayas conocido a ese chico de mirada intensa y buen porte.

Sientes maripositas en el estómago, y disfrutas mucho de su compañía.

¡La atracción es mutua!

Se hacen novios… pero resulta que tú eres católica y él musulmán.

Su familia de él, le prohíbe verte más.

Y ambos se sienten frustrados, como Romeo y Julieta, por un amor que no puede ser, debido a que son de religiones distintas.

¿Qué puedes hacer?

En primera, lo ideal es que tu pareja sea de la misma religión. Así nunca experimentarás ese tipo de problemas.

Por otra parte, la belleza de las ideas de otras religiones, puestas en práctica por alguien del sexo opuesto, puede resultarte muy atractivo.

Dependiendo de la religión, incluso del País, las costumbres entre hombre y mujer cambian.

Para los musulmanes y los católicos, que son sociedades machistas, se ve a la mujer prácticamente como sirvienta y ama de casa.

En Rusia, casi se prohíbe a las mujeres tener cargos gerenciales en una empresa. Se ve como tarea de hombres. Las mujeres rusas que alcanzan elevados cargos en empresas gracias a su capacidad, son marginadas por los hombres.

Y estas mujeres, bellas e inteligentes, tienen que buscar pareja en el extranjero. Por eso las agencias matrimoniales de internet y los sitios de buscar pareja se encuentran llenos de bellas y cultas mujeres rusas.

Por la forma de pensar machista de su País, mezcla de su cultura y su religión.

Hay religiones que prohíben a sus fieles casarse con personas de otra religión. Los judíos y los musulmanes son muy marcados.

Un amigo peruano, católico, se enamoró de una chica árabe. Sus padres de la chica se oponían a la relación.

Sin avisar, se llevaron a su hija y cambiaron de residencia. Mi amigo se quedó triste y solo.

Tuve una amiga mexicana, que se enamoró de un iraquí.

Ella me platica que, al principio él la trataba muy bien y la enamoró.

Después, las cosas cambiaron cuando se hicieron novios. La trataba como su esclava. Incluso me dijo que… ¡le llevaba su ropa para que se la lavara!

Ambos casos, el de mi amiga mexicana y mi amigo peruano, sucedieron en Montreal, ciudad cosmopolita en la que la convivencia de diversas culturas y religiones es cosa de todos los días.

El asunto de adorar a diferentes dioses no es un asunto pequeño.

Sabes que? El fin de todas las religiones, independientemente de los ritos que tengan, es buscar la felicidad de sus fieles.

Y solo se es feliz cuando se encuentra el amor.

Hay religiones rígidas como el cartón, que inhíben el desarrollo emocional de sus adeptos.

El amor… es un asunto muy personal.

Platica con tu pareja como tratan a las mujeres u hombres de sus religiones. Cuales son sus costumbres locales.

Aunque lo ames, si te va a tratar como esclava… el amor va a salir por la ventana, no crees?

Por ejemplo, a las mujeres católicas y mexicanas, les encanta el concepto de caballerosidad del mexicano: abrir la puerta del coche, arrimarle la silla cuando se va a sentar, etc.

Los uruguayos no tienen ese concepto de caballerosidad que los mexicanos. Y una mujer mexicana se encontraría decepcionada de que no es tratada como una princesa. Simplemente no son los hábitos culturales de los uruguayos.

Los canadienses tampoco lo hacen. Nunca dan el asiento a una mujer cuando está parada en el transporte público.

Los españoles, no hacen tantas caravanas y halagos cursis como los mexicanos. Son rudos, directos y al grano con sus parejas.

Me lo platicó una amiga mexicana que tenía un novio español.

Sabes que? Solo tienes una vida y mereces ser feliz. Si tu pareja es de otra religión y cultura, platica con él.

Pregúntale que tanto te ama. Dile lo como te gusta que te traten. A que estás dispuesta y a que no.

Incluso si se llegan a casar, acuerden a que dios van a adorar, o salomónicamente… ¡adoren a los dos!

Asi todos ganan, no?

Ve que ritos de su religión no te afectan y házlos. Ve que hábitos de la tuya no influyen en las de él ¡y practícalos!

La religión no debería ser un obstáculo para tu felicidad. Las religiones actuales… les pasó el problema del “teléfono descompuesto”.

En su origen, contenían ideas hermosas y que se centraban en ayudar al ser humano a ser feliz y encontrar el sentido de su vida.

Actualmente, son dominadas por personas ávidas de poder y dinero. Este es el distintivo de la Iglesia Católica desde su creación. Poder y dinero.

Mahoma se levantó en la India, porque los brahmanes religiosos, cometían abusos de poder.

La Iglesia Católica adora a un dios diferente al que Cristo enseñó.

En el budismo, actualmente se adora a buda como Dios… ¡cuando él enseñó que no se necesitaba ningún dios y que el hombre buscara su propia iluminación!

Las religiones actuales han perdido la esencia original de sus creadores.

Entonces ¿Para que hacer caso a religiones que ni siquiera son verdaderas en la actualidad? ¿Religiones que descompusieron los hombres milenio tras milenio, de las enseñanzas originales de sus creadores?

Los judíos rechazaron a Cristo como el mesías. Los musulmanes dicen, que los judíos se han equivocado, al rechazar a Jesús como el mesías. También dicen que el cristianismo se ha equivocado, al elevar al profeta Jesús a la categoría de Dios.

No están tan equivocados los musulmanes, eh?

Y si me sigo, en todas las religiones voy a encontrar cosas parecidas.

Las religiones actuales están más basadas en doctrinas de hombres, que en las doctrinas de sus dioses y creadores originales.

Simplemente sigue tu corazón. Platica con tu pareja, acuerden la forma en que van a adorar, platiquen con sus familias. Puede que haya familias menos religiosas que otras.

Diría Anthony de Mello, que entre los dictados rígidos de una doctrina religiosa y los dictados compasivos de tu corazón, sigas a este último, sin dudarlo.

Invita a tu pareja a aprender de tu religión. Y tu enséñale de la tuya ¿y si le gustara más tu religión y se convierte? ¡Eso estaría mejor!

Sigue tu corazón, y si tu pareja ha encontrado en ti a su media naranja ¡adelante! Tu vida es solo una vez.

El amor todo lo puede.

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