martes, 9 de diciembre de 2008

RESPUESTAS POSITIVAS






Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad. Colosenses 1:11
¿Te quejaste ayer por todo o casi todo? ¿Te pasaste buena parte del tiempo corrigiendo todo lo que sucedía a tu alrededor? ¿Dijiste cosas negativas acerca de ti mismo y de los demás? Bueno, te invito a que hoy puedas cambiar cada palabra negativa por una frase afirmativa de la Palabra de Dios.
Tú dices: “¡es imposible!” pero el Señor afirma: “Al que cree todo le es posible” (Mar. 9:23).
Tú dices: “Estoy muy cansada”. Pero Jesús promete que él nos hará descansar (Mat. 11:28-30)
Tú dices: “No puedo más”. Dios, en cambio, asegura: “Bástate mi gracia” (2 Cor.12:9).
Tú dices: “No puedo hacer eso”. Pero la Palabra de Dios enseña que todo lo podemos en Cristo (Fil. 4:13).
Tú dices: “No vale la pena”. Pero la Biblia enseña que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Rom.8:28).
Tú dices: “No tengo perdón”. Dios, en cambio, asegura que no nos condena, sino que perdona nuestros pecados (1 Juan 1:9; Rom. 8:1).
Tú dices: “Me siento afligido”. La Palabra de Dios nos asegura, en cambio, que, por muchas aflicciones que tengamos, de todas nos librará el Señor (Sal. 34:19).
Tú dices: “Siempre estoy preocupado y frustrado”. Sin embargo, el Señor nos invita a echar sobre él toda nuestra ansiedad (1 Ped. 5:7).
Tú dices: “Las luchas me abruman”. Pero la Biblia enseña que “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:7).
Tú dices: “¡Me siento tan sola!” Pero Dios nos promete a cada uno de nosotros: “No te desampararé ni te dejaré” (Heb. 13:5).
Escribe, en una hoja aparte, la frase negativa que sueles tener en mente en los momentos difíciles de tu vida; luego, busca su correspondiente frase positiva en la Palabra de Dios. Escríbela también y memorízala. ¡Ahora enfréntate al mundo! El Señor te dará la victoria.

ACTITUD POSITIVA
Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: “Creí, por lo cual hablé”, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos. 2 corintios 4:13.
¿Cómo hacer para ser felices en medio de la adversidad y la dificultad? Quizás hemos pensado que es hipocresía actuar de manera contraria a como nos sentimos. Pero déjame decirte que no es así. La actitud que tomamos ante las diferentes situaciones de la vida tiene un impacto muy grande sobre la mente y, por ende, terminamos siendo como actuamos.
Por ejemplo, quizá Juanita, tu amiga, te trató ayer con falta de bondad o te juzgó apresuradamente. Como humana, te sientes muy dolida y cierras la puerta de tu corazón. Dices: “Bueno, de ahora en adelante trataré a Juanita “con pinzas”. ¡Muy diplomáticamente! ¡Sin amor! No le haré nada malo, pero tampoco nada bueno”. Esta actitud tomará fuerza y terminarás siendo fría y calculadora.
Si, por el contrario, pese a tu incomodidad, saludas a tu amiga con amor sincero, el cual solo viene de Dios, si has orado por ella desde la mañana, si has tratado de ponerte en sus zapatos y ver cuantas dificultades sobrelleva, experimentarás el amor verdadero por los que yerran, y esta actitud formará parte de ti.
Se cuenta un episodio curioso de un barco que surcaba el Atlántico en el siglo XIX. Sorprendidos en los embates de una súbita tempestad, la mayoría de los pasajeros se mostraban sobrecogidos ante la furia de la naturaleza. A uno de ellos le llamó la atención que, en medio de la confusión, un grupo se viera tranquilo y confiado. Interrogados por él acerca de la calma que manifestaban, la atribuyeron a su fe serena en el cuidado de Dios por sus hijos. Al comentar el pasajero con tristeza que él carecía de esa fe, uno del grupo le dijo: “Es sencillo. Actúe como si tuviera fe, y la fe se hará realidad en usted”.
¿Cómo hacer para enfrentar todo lo que venga? Con una buena actitud, actuando como quisiéramos sentirnos. La fe, el amor, el perdón y la aceptación tienen que ver con la actitud. Aunque es cierto que los sentimientos buenos se dan de forma natural cuando la presencia de Jesús es una realidad en nuestra vida, también es verdad que seguimos luchando contra la naturaleza carnal, que se inclina hacia la duda, el temor, la falta de fe y la actitud fatalista. Necesitamos dejarnos guiar por la Palabra de Dios y no por nuestros sentimientos humanos.
Dios te bendiga,

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