miércoles, 26 de mayo de 2010

ALIMENTO PARA EL EGO .





En días pasados me encontré con un ex-empleado, que se gradúa pronto de Abogado, y me sorprendió gratamente al decirme que me lo debía a mi!

Por supuesto que mi respuesta inmediata fue decir “De nada”, pero luego le pregunté de manera muy discreta el “por qué yo?” “Qué hice?”

Pues me respondió que habiendo visto mi trabajo diario, y al saber que yo tenía dos carreras, pues él se dijo: ¿y por qué yo no?

Y a lo largo de mi vida profesional, me he conseguido a muchas personas, que de una u otra manera, tienen que agradecerme algo. Y por supuesto que les acepto el cumplido, pero inmediatamente pienso “por qué yo?”. No he hecho nada fuera de lo común para ayudar a algunos. Sólo he hecho mi trabajo y he sido como soy.

Y a pesar que no puedo llevar esas palabras a la venta de autos para que me entreguen un carro nuevo, o usarlas para comprar una vivienda, pues es indudable que ello constituye alimento para el ego. Es parte del por qué se abraza el apostolado de la docencia. Es la retribución que recibimos a lo largo de nuestra vida.

Nos sentimos mejor, nos sentimos apreciados, recordados, y admirados. Y les puedo decir que es una sensación espectacular!


Seamos auténticos, cumplamos nuestras obligaciones con pasión y con cariño, ayudemos cuando podamos ayudar (y cuando no, los dirijimos a quienes si puedan ayudarle), y seguramente más de una persona querrá seguir nuestros pasos…

jueves, 20 de mayo de 2010

DE LA MUERTE A LA VIDA




La vida me ha dado muchos golpes,
pero siempre he sabido naufragar en las turbulentas aguas.
¡Ahora es diferente!

Siento como si el mundo entero estuviera sobre mis hombros.
¡Esta cruz es muy pesada!
Tengo llagas en el alma y siento morir lentamente.
Fuí buscando una mano amiga.
Todos me dieron la espalda.
Hasta mi madre me dio la espalda.
Sentí como Maria, una espada traspasar mi corazon.
Multitudes habían por toda la calle y ahí me encontraba.
Eso no me consolaba.

Me quería morir.
Me encontré al final del camino.
Encontré un fiel amigo, el alcohol.
Sentía alivio porque no me permitía pensar
en lo mal que estaba mi vida.
Todos los días bebía mas.
¡Perdí todo!
Vivía de las migajas que me daban la gente.

Empezé a robar para mantener mi vicio.
¡No me importaba nada!
A donde me cogía la noche ahí reposaba.
No tenía a donde asiarme.
¡Ya empezaba olor mal!
Cuando caminaba por las calles,
la gente murmuraban y se reían de mí.
Eso me sumergía mas.

¡Cai enfermo! Sabia que iba a morir.
Llagas empezaron a salir por todo mi cuerpo
pero no se podían comparar con las que tenía en mi interior.
¡Estaba bien solo!
Mi amigo no podía visitarme porque mi sistema no lo toleraba.
Por casualidad o por obra divina entro un hombre a mi habitación.
Era un sacerdote de una iglesia cercana.
Usualmente, venía a visitar a un miembro de su parroquia.

Ese día comenzó nuestra amistad.
¡Me habló de Jesús!
Ese mismo Jesús que permitió que callera
hasta sumergirme en el vacio.
El mismo Jesús a quien servía.
¡Le reclamé!
El siempre me escuchaba.
Nunca me reprochó nada.

Lentamente fuí callendo en Sus redes de amor.
¡Me sedujo y me deje seducir!
Sentía que resucitaba de las redes de la muerte.
Mi corazón llagado empezó a cicatrizar.
Lo mas dificil era perdonar a mi madre
y a las personas que decían llamarse mis amigos.
El poder sanador de Jesús lo hizo posible.
¡Ahora estoy libre de las cadenas que me ataban!
¡Nuevamente, comienzo a vivir!

miércoles, 12 de mayo de 2010

ECHANDOLE LA CULPA A DIOS




“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”.


Hay versículos bíblicos que hemos leídos cientos de veces y a lo mejor nunca nos habíamos puesto a pensar muchas de las enseñanzas que muestran.

Este día al leer nuevamente este versículo me daba cuenta de algo que no me había puesto a pensar y es el hecho de que hasta ahora había interpretado este versículo como un momento en donde Adán le estaba echando la culpa a Eva de haberle dado de comer del árbol que Dios les prohibió que comieran, pero realmente Adán no estaba culpando a Eva, sino mas bien estaba culpado a Dios.

Adán le dice a Dios: “la mujer que me diste…”, en pocas palabras: “Tu me diste esa mujer por eso peque”, ¿Cuántas veces le hemos echado la culpa a Dios de nuestra decisión o mejor dicho de los resultados de nuestras desobediencias?

No se porque razón, pero la mayoría de veces que algo nos sale mal lo primero que decimos es: ¿Dios porque lo permitiste?, alguna vez te has puesto a pensar ¿Qué nosotros somos muchas veces los que propiciamos los malos resultados en nuestra vida?

Dios no obligo a Adán a comer del árbol, ni mucho menos le dio a la mujer como objetivo para que le fuera un tropezadero, al contrario, Dios siempre ha buscado la felicidad del ser humano y una de las razones por las que le dio a Eva fue porque no le pareció que estuviera solo, lastimosamente Adán convirtió esa bendición en un canal que lo llevaría al pecado.

Yo no culpo a la mujer de haber incitado al hombre de fallarle a Dios, puesto que Adán como cabeza tenia mucho que ver en cuanto a permitirle o no a Eva el hecho de desobedecer a Dios, puesto que en cualquier momento el pudo haberle dicho: “NO” al pecado, pero lejos de eso apoyo la falta y fue desechado del jardín de Dios.

Al igual que Adán, nosotros tenemos la decisión de ser fiel a su Palabra o de dejarnos manipular por las corrientes de pecado que cada día nos toca enfrentar, lastimosamente muchos de nosotros somos tan seducidos al pecado que nos dejamos llevar por nuestra naturaleza pecaminosa dado a luz al pecado y junto con el pecado la frustración de la derrota, es ahí en donde por fin nos acordamos de Dios, pero es una lastima que nos acordemos de El para reclamarle del ¿Por qué? de ese pecado o de ese resultado.

Amigo amado, Dios no tiene la culpa de tus decisiones, el te ha dado un libre albedrío y respeta tu decisión, sea esta para bien o para mal, Dios se entristece cuando decides lo contrario a su palabra, pues El sabe muy bien que el resultado de dicha decisión te llevara a la derrota.

Ya no es tiempo de estar culpando a Dios por nuestros errores, somos nosotros los que decidimos alejarnos de El, somos nosotros los que nos dejamos llevar por nuestra naturaleza carnal olvidándonos de sus preceptos, somos nosotros los que aun concientes del error seguimos ese camino que nos llevara a la derrota.

Es momento de reflexionar y darnos cuenta que Dios jamás nos llevara al pecado, sino que al contrario, El quiere que cada día que pase sea un día mas en donde hemos obedecido a su Palabra y por ende hemos andado en santidad delante de El, Dios quiere personas comprometidas a ser fieles a El y no personas que al cometer errores le echen la culpa de algo que El jamás propicio.

Dios no tiene la culpa de los resultados de tus decisiones, pues El ha sido claro a través de su Palabra, dándote los preceptos a seguir para alcanzar la bendición, hay de ti si no quieres obedecer su Palabra sino mas bien hacer tu voluntad.


La excusa no es: “la mujer que me diste..”, sino mas bien “la decisión que tome”.

jueves, 6 de mayo de 2010

DIOS ESTA EN TODAS PARTES




Dios está en todas partes al mismo tiempo, junto a ti y dentro de ti.
Jamás estás desamparado.
Nunca estás solo.
No permitas que la amargura te perturbe: procura mantenerte calmo, para oír la voz silenciosa de Dios dentro de ti.
Así podrás superar las dificultades que aparecen en tu camino y descubrir la verdad que existe en todas las cosas y personas.

¡No critiques!
Procura más bien colaborar con todos, sin hacer críticas.
La crítica hiere, y a nadie le gusta ser herido. La persona que acostumbra a criticar, muy pronto queda aislada de todos.
Si ves alguna cosa errada, habla con amor y carińo, procurando ayudar.
Pero, sobre todo, procura corregir a los otros con tu ejemplo.

Recuerda que recogeremos, infaliblemente, aquello que hemos sembrado.
Si estamos sufriendo, es porque recogemos los frutos amargos de los errores que hemos sembrado en el pasado.
Permanece alerta en lo que se refiere al momento presente.
Planta ahora semillas de optimismo y de amor, para recoger mañana frutos de alegría y de felicidad.
Cada uno recoge, exactamente, lo que sembró.

Los consejos ayudan, no caben dudas...
Pero no olvides que la solución de nuestros problemas está dentro de nosotros mismos, en la voz silenciosa de nuestra conciencia, que es la voz de Dios dentro de nosotros.
No te dejes engańar: sólo tú serás responsable del camino que eliges.
Nadie podrá rendir cuentas por ti.
Procura, por lo tanto, vivir acertadamente, de acuerdo con tu conciencia.

Resuelve tu problema.
Tienes mucho tiempo si te propones reformar tu vida, mejorar tus actos, terminar definitivamente con tus flaquezas.
Comienza, pues, a partir de este momento.
No dejes para mańana lo que puedes hacer hoy...
Ciertamente que no puedes resolverlo todo de la mańana a la noche.
¡Pero comienza ya!
Y si caes de nuevo, no te desanimes: vuelve a comenzar cuantas veces sea preciso.

Cada uno es responsable de sus actos.
¿Por qué tienes que desanimarte por lo que te hacen los demás?
¿Qué tienes que ver con eso?
Sigue adelante, aunque todo el mundo esté contra ti.
Tienes que vencer, aunque te pongan dificultades.
Continúa sin desanimarte, porque eres el único responsable de tus actos.

Nuestra mente está modelada por la Mente Divina que sustenta los universos infinitos.
Nuestra fuerza mental permanece impregnada por la Mente Divina , que está en todas partes al mismo tiempo.
Procura mantenerte unido a esa Fuerza Infinita, y jamás serás derrotado.
¡Confía: tú tienes ese poder!
Tú puedes vencer todos los problemas, si quieres.

Modifica tu modo de pensar, para que tu salud sea firme y estable.
Deja de quejarte de tus dolencias. Las dolencias aumentan a causa de nuestros continuos pensamientos negativos.
Rechaza las enfermedades, confiando en su curación.
¡Tú puedes curarte!
Estás mejorando cada día más, en todos los aspectos.

Aprende a descansar tu mente.
La mente cansada no puede pensar bien.
Descansa tu mente haciendo ejercicios de higiene mental para conquistar cada vez mayor energía y vigor.
El cerebro cansado turba el pensamiento.
Y el pensamiento es la mayor fuerza creadora que existe sobre la tierra.
Da reposo a tu cerebro, para poder pensar con acierto y con alegría.

No te dejes sugestionar por palabras de desaliento.
Siempre existe una solución para cualquier problema, por más complejo y difícil que nos parezca.
El poder divino que rige los universos está dentro de nosotros.
Únete al Pensamiento Universal de Bondad y Amor, y vencerás todos los obstáculos.

¡Piensa positivamente!
Nuestros pensamientos emiten ondas que se irradian, formando una atmósfera mental que es peculiar a cada persona.
De acuerdo con el tipo de vibración del pensamiento, atraeremos a nosotros todas las ondas semejantes.
Si tú piensas negativamente, atraerás todos los pensamientos negativos y empeorarás tu estado.
Piensa positivamente, para atraer sólo pensamientos positivos de paz y de prosperidad.

¡Conserva una actitud victoriosa!
Cuando encuentras una persona encorvada y triste, pierdes la confianza, porque te das cuenta que está abatida y preparada para una derrota.
¡No permitas que nadie piense eso de ti!
Marcha con la cabeza erguida, confiado y sonriente, y todos confiarán en ti.
Irradia fuerza y entusiasmo hasta con las actitudes de tu cuerpo.

No estés ansioso y preocupado, así evitarás molestias a tu cuerpo.
La ansiedad es también un factor bioquímico que tiene influencia sobre las secreciones glandulares, produciendo demasiada adrenalina que estimula exageradamente el sistema nervioso.
De esto a una enfermedad hay un solo paso. El nerviosismo perjudica fundamentalmente a la salud.
Por lo tanto, no vivas ansioso; haz constantemente afirmaciones positivas de salud, y permanece calmo y sereno.

lunes, 3 de mayo de 2010

¿ COMO NO NOS DARA DIOS LIBREMENTE LAS COSAS ?



Ya que Dios es por nosotros, quién puede estar contra nosotros?

El salmista escribió, "En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?" (Salmos 56:11)

El profeta Eliseo demostró a su compañero que Dios es por nosotros, y puede depender en Él, porque Dios cuida de Su pueblo. El enemigo envió un ejército con caballos, carros que rodearon la ciudad. El criado se llenó de pánico. "¿Qué haremos?" Eliseo aconsejo, ¨ No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo" (2 Reyes 6:16-18). Dios cegó al enemigo y proveyó la liberación (v. 19).

La pregunta que atormenta a muchas personas que yo encuentro no es el hecho de que Dios es capaz, ¿Realmente es Dios por nosotros? ¿A Él realmente le importa? ¿Haría Él lo mismo por nosotros? ¿Cómo podemos saber que el gran soberano Dios del universo esta hoy en realidad de nuestro lado?

Dios ha respondido ya a esta pregunta de una vez por todas. Nosotros nunca tenemos que cuestionar el amor de Dios por nosotros. "¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Romanos 8:32) Ya que Dios nos ama, Él también es por nosotros.

El apóstol Pablo nos lleva de nuevo a Juan 3:16. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16, RV 1960).

Dios ha demostrado Su gran amor por nosotros, incluso mientras éramos Sus enemigos, por enviar a Cristo a morir por nosotros (Romanos 5:8). Esto es el amor. Este es el amor de Dios para el pecador. Y ya que yo soy un pecador, esto me califica.

"Dios le entregó por todos nosotros." Cristo murió como mi sustituto en la cruz. Él murió por mis pecados. Esto es lo mucho que Dios te ama a ti y a mí. Sólo en la muerte de Jesucristo podemos saber más allá de una sombra de duda que Dios nos ama y quiere lo mejor para cada uno de nosotros.

Porque eso es absolutamente cierto, sin duda, entonces, "¿Cómo Él libremente no nos dará a nosotros todas las cosas?"

Dios nos amó lo suficiente para dar lo mejor que Él tiene. Dios nos ama con un amor infinito. No hay nada en el universo más precioso para Dios que Su propio Hijo.

Romanos 8:32 nos dice que Dios no escatimó a su propio Hijo para que Él pueda salvarnos. Es en la cruz de Jesús que vemos demostrado el amor de Dios. Él nos amó hasta el punto que hizo a Cristo el Divino Sustituto y puso en Él nuestros pecados. Dios no escatimó nada. Él derramó sobre su propio Hijo Su ira contra nuestro pecado.

El amor de Dios por nosotros esta más allá de la medida. Jesús nos amó tanto que Él se hizo pecado por nosotros y cargó la ira de Dios contra el pecado como nuestro sustituto (2 Cor. 5:21). Él murió en nuestro lugar (Romanos 3:23, 6:23, 5:6, 8). Dios le entregó a la muerte en la cruz para que podamos ser perdonados. Jesús cargó la ira de Dios para que nunca nosotros tengamos que soportarla. Dios entregó a Jesús por nosotros. Dios nos ama tanto que Él no escatimó a su propio Hijo (Isaías 55:4; Hechos 2:23, Juan 1:29).

El apóstol argumento que si Dios nos ama tanto, entonces Él ciertamente no retiene algo que necesitamos para cumplir Su propósito eterno de la redención.

Él utilizo un verbo que describe la ofrenda de Isaac en Génesis 22:16. "y no me has rehusado tu hijo, tú único hijo". Cuando Isaac preguntó dónde estaba el holocausto para el sacrificio, Abraham respondió: "Isaac, el Señor proveerá. . . En el monte de Jehová será provisto "(v.14). Y Dios proveyó el sacrificio final en el monte Calvario.

"El que no escatimó ni a su propio Hijo, son que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Romanos 8:32)

¿Cuáles son "todas las cosas"? "Nosotros sabemos que Dios hace que todas las cosas trabajen juntas por el bien de aquellos que aman a Dios, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados " (v. 28). Él nos hace como Jesús Cristo.

Dios causa que "todas las cosas" – sus circunstancias desesperadas, sus abrumadoras pruebas, sus persecuciones insoportables, y las dificultades extremas en su vida - para conformarlo al carácter de Jesucristo. Él continuará usando estas cosas en tu vida para lograr las buenas.

Del gran amor de Dios, Él "libremente nos dará todas las cosas." Jesucristo fue la cosa más grande que Dios tenía para dar. Ya que Dios hizo esto, ¿hay algo que pueda posiblemente retener? (Fil. 4:19)

La cruz prueba la generosa gracia de Dios. Ya que Dios dio el mayor regalo al dar Su Hijo, nosotros podemos depender de Él para que nos de todos los regalos menores.