viernes, 28 de junio de 2013
¿ LA RELIGION EN LA PAREJA UNE O SEPARA ?
Cuando estás enamorada y deseas construir tu vida junto a esa persona, lo menos que piensas en esos momentos es en las ideas que tienes sobre la religión. Muchas personas se casan a pesar de ser distintas sus ideas y creencias, pensando que el tiempo limará esas asperezas. Pero no creo que con el tiempo se suavicen, al contrario, a la larga esas diferencias son verdaderas peleas dentro del hogar.
La madre tiene una forma de criar a sus hijos, le han acostumbrado a tener valores familiares, morales y espirituales, como madre quiere enseñar a sus hijos los valores con los que ella se crió. Y es en ese momento cuando aparece el hombre con otras ideas y diciendo “¡Porqué le dices eso a nuestros hijos si a mí me enseñaron esto y esto otro en mi casa”, o “No le enseñes esas tonterías, que Dios no existe, guárdate esas cosas para ti misma, pero no se las inculques a los niños!”.
Cuando te enamoras piensas que no habrá problema por ser de diferentes religiones, por ser cristiana y él ateo, católico, evangélico, protestante, o de cualquier otra religión… hay respeto y te ama pese a las diferencias de creencias. Pero llega un momento en la relación en la que nos damos cuenta de que las diferencias entre los dos son de mayor importancia de lo que en un principio creímos.
“Yo quiero ir a mi iglesia con mi gente, hablar con ellos, compartir… pero siempre tengo cosas que hacer y al final termino quedándome en casa para que él no se moleste”(nos contaba una amiga de esta página). “He dejado mi ministerio y mis labores rutinarias en mi iglesia porque somos distintos. Mis hijos no pueden ir a mi iglesia, porque a él simplemente no le agrada, pero sí pueden los hijos ir donde él va o cuando a él le apetece ir, pues nunca ha sido constante en sus creencias.”
Empieza la frustración en la mujer, pues ha sido criada en una iglesia distinta a la de su pareja, pero como ellos no tienen confianza para decir las cosas que sienten la relación comienza a distanciarse. Y la mujer (porque casi siempre es la mujer quien cede) termina por dejar de ir a su iglesia para ir a la de él y sus hijos. Claro que no es feliz, fue criada con otros valores morales y es un poco más estricta, se siente muy fracasada y mal por no ir donde ella desea estar. Por supuesto que a su pareja no le importa como está, ha logrado su cometido, ella ha decidido seguirlo hasta en su religión, y cuando la ve llorar en la iglesia se piensa que es porque está contenta y agradecida.
¡Que va!, está frustrada porque no puede estar con los suyos, con los que se ha criado, con su familia que siempre ha estado allí en su Iglesia. Y es realmente un problema muy serio, nadie puede ser feliz imponiendo al otro sus ideas, para eso son personas con raciocinio y mayores para saber lo que hacen. Pero como siempre, para buscar la paz y la felicidad de su hogar ella calla y prefiere ignorar aún así a costa de su propia felicidad.
Es muy importante que exista el respeto hacia la otra persona, y si conjugan verbos distintos en las religiones, y hay cariño y amistad no debería ser un obstáculo, pero desgraciadamente no es así, y la mujer termina por ceder ante su pareja.
Imagina que lo más importante en tu vida es Dios, si para tu pareja no lo es pero respeta tus creencias, y decides por ello que puedes casarte con él… ¿Realmente crees que no supondrá un serio problema a lo largo de algún momento de la vida? Para ti la prioridad es hacer lo que es correcto delante de Dios, para él aunque te respeta eso no es prioritario (es algo que simplemente consiente). ¿Cual será la prioridad del matrimonio? Tus creencias no, son tuyas, no de los dos. Alguien tendrá que ceder, y puede que lo que tengas que ceder sea algo muy importante para ti.
Lo más probable es que las diferencias de religión y creencias llegarán a suponer un problema en la pareja, incluso llevándote a plantear una ruptura.
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