martes, 9 de abril de 2013

NO LE TEMAMOS A LA SOLEDAD





“Son como los ojos que penetran a través de la niebla que confunde los objetos y difumina las verdades, y al atravesar la nos permite llegar a lo que verdaderamente es y a lo que verdaderamente importa, pues significa acallar toda clase de voces confusas y discordantes para que se pueda oír la Palabra viva, clara y penetrante!” (Federico Suárez)

Muchas veces le tenemos un miedo terrible a la soledad, pensamos que es lo más trágico que nos podría ocurrir, estar solos sin amigos, sin un amor que nos comprenda, pero no es así. Cuando comprendemos el verdadero sentido de la soledad es cuando más nos gusta.

¿Qué nos trae la soledad?

Muchas cosas buenas, y empezaré por la primera, que es la de poder estar con nosotras mismas y con Dios. Es en esos momentos, cuando estamos en ese silencio, cuando encontramos a Dios, cuando podemos orar y pedir por nuestras cosas, pensar qué nos hace bien, qué nos hace mal, una persona que está directamente con nuestro Señor se puede examinar su conciencia con mucha paz y serenidad.

Un silencio a solas no es un silencio de mutismo. No, al contrario: sólo es ausencia de personas que están a nuestro alrededor. Pero que por este momento necesitamos estar con nuestra soledad, no es un estado permanente, sólo son momentos e instantes para mirar dentro de nosotras mismas.

No le temamos a la soledad, al contrario cuando pienses que todo va mal en tu vida, acércate a Dios en ese momento que escogiste para estar a solas, lejos del ruido, lejos de las cosas malas que nos rodean.

Estar en silencio no significa que todos los seres que tú amas quedaran olvidados en el vacío, al contrario, es para volver a ellos en plena armonía con mucha paz interior que es lo que nos está haciendo falta en este mundo lleno de ruidos y de incertidumbres.

Piensa por un momento y quédate en silencio en tu cuarto, verás que te hará muy bien estar a solas con Dios, que podrás hablar de cosas que jamás le dirías a nadie, sólo con nuestra soledad somos capaces de ver más allá de lo que estamos mirando ahora mismo.

Debemos reconocer que nuestro silencio siempre nos ayudará y no es que queramos estar solas, no. Al contrario, es poder estar con todos lo que amamos, con mayor energía, y así poder ayudar a quien lo necesita más.

Recuerda que estar en soledad te fortalece, te llenará de optimismo, y podrás ver las cosas con más claridad que las que ves ahora.

Recuerda que en la soledad no se está sola ni callada, es cuando más hablamos con nuestro yo interno. Demos un tiempo para estar en esta posición, perdamos el miedo de vivir así, sólo es un estado transitorio, no es permanente, nos sirve para curar nuestras heridas, para ver con más claridad nuestras metas qué es lo que queremos de nuestra vida.

Disfruta de la soledad que es cuando más cerca de Dios estarás, ¿qué mejor compañía? Por unos momentos dejemos nuestros temores, nuestros miedos, y estemos solas. Ya verás que cuando salgas de eso, mucho más fuerte serás, porque te darás cuenta lo valiosa y fuerte que eres aún en tiempos de tempestad.

Y yo lo he probado y de verdad que es así. El dolor no se va, tampoco las penas, pero aprendemos a superar todos esos percances de la vida y con los que lamentablemente siempre viviremos.

(No olvidemos que Dios es lo único que nunca nos fallará a pesar de los sufrimientos)

¿Qué opinas de tu soledad y silencio? ¿Te hace falta?

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