Dios te sonríe a ti. Le iluminas la caratanto como nadie le ha iluminado la cara de un amante.La mayoría de nosotros imagina que a los ojos de Dios somos justo uno de millones.Sabemos que mucha gente no cree que seamos importantes así que suponemos queDios cree lo mismo. Pero, por otro lado, Dios no es igual a‘mucha gente’. Nos parece que Dios tiene sus preferidos y creemos que estamos bastante bajosen la lista, pero vamos a ver que esto no es la verdad. Nuestros sentimientosno responden a la realidad. Para Dios, tú eres importante.
jueves, 7 de mayo de 2009
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