viernes, 27 de agosto de 2010

OJOS LARGOS




Cuando niño, acostumbraba observar desde el balcón de mi casa a los niños que jugaban a la pelota en un gran solar de la vecindad; solía hacerlo con una mirada que he dado en llamar de "ojos largos". Me refiero a esa mirada que cuando se es niño, es muy peculiar en los pequeños.

Cuando vemos a otros comiendo algo o jugando con algo que a nosotros nos está vedado, hay una cierta manera de fijar la vista en aquello que absolutamente nada a nuestro alrededor nos hace quitarle los ojos de encima. No pareciera haber poder alguno en el mundo que nos hiciera quitar la mirada de nuestro objetivo. Nada distrae al niño.

En gran parte de las ocasiones, no es hasta que el niño recibe el helado de manos de su padre o madre -que pueden entender su mirada- o que es subido al caballito del carrusel, que su contemplación llega a ser satisfecha.

Reflexionaba en estos días sobre dos cosas:

Primero, que aunque nunca pude bajar a jugar con los otros niños en aquel solar -por motivos netamente personales que tienen que ver con la manera en que fui criado- Dios si pudo captar mis "ojos largos" de niño.

Aunque nunca desarrollé buenas habilidades para el juego, mi sueño llegó a ser el poder presenciar alguna vez un juego de grandes ligas, lo cual parecía en ese momento, algo totalmente inalcanzable para una familia de bajos recursos como la mía.

Años más tarde, me tocó ser objeto de un acto de gracia por parte del Señor quien me llevó a ocupar una de las butacas de aquel hermoso estadio de beisbol de los Cardenales de San Luis (equipo grandes ligas de los EEUU).

El cómo había llegado a ese lugar aquella noche era simplemente un milagro... no había pagado un centavo por estar allí. En ese momento, todas mis expectativas se realizaron al contemplar un juego de beisbolistas profesionales, por vez primera.

Estos eran los jugadores que los muchachos del solar habían estado imitando muchos años atrás. Habían pasado casi treinta años pero mi Padre Celestial, quien captó mis "ojos largos" de aquel entonces, supo contestar la petición no verbalizada del niño.

La segunda cosa sobre la que reflexioné fue que, de la misma manera en que, como niño tenía "ojos largos" para cosas que ahora reconozco eran pasajeras e irrelevantes desde un punto de vista maduro de la vida, así debiera contemplar cada día a mi Dios, como al que más anhela y necesita mi alma.

Cuánto deseo que mi mirada se mantenga fija y sin distracción alguna hasta que sea plenamente satisfecho mi deseo de Su presencia en mi vida.

Y El Señor dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Genésis 13:14

Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. Efesios 1:18

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2

sábado, 21 de agosto de 2010

JESUS TENIA SENTIDO DE HUMOR




Jesús era plenamente humano, aunque sin pecado, y ser humano significa tener sentido de humor. Por lo general tenemos una imagen de Cristo tan poco humano que nos cuesta imaginarlo con una sonrisa, mucho menos riéndose o diciendo algún chiste. Por eso no vemos lo mucho de humor que hay en los evangelios, o peor, tratamos de volverlo serio. Por supuesto Jesús no era frívolo, pero es claro que a menudo decía cosas bastante chistosas, por mucho que nos sorprenda eso.

La forma especial del humor de Jesús era la ironía, algo así como las caricaturas, con la que nos hace pensar en alguna situación chistosamente ridícula. Pensemos por ejemplo en la famosa frase de “pasar un camello por el ojo de una aguja” (Mateo 19:24). Yo a lo menos tengo tan mala vista, y la mano tan poco firme, que ni puedo pasar un hilito por la aguja, ¡mucho menos un camello, con todo y joroba! Pero algunos nos quieren decir que no, que eso era una puerta pequeña en el muro de Jerusalén que llamaban “el ojo de la aguja”, por lo que sería algo difícil pasar un camello. El único problema es que nunca existió tal puertita con ese nombre. Jesús utilizó una figura bien cómica, de alguien tratando de jalar un pobre camello por esa micro-apertura de una aguja, pero nosotros insistimos en banalizarlo, hasta con teorías e inventos.

Aquí otro sobre los camellos: “Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello” (Mt 23:24-25). ¡Imagínese el epiglotis que necesitan, para que pase ese camello por su garganta! En el versículo que sigue, Jesús acusa a los escribas y fariseos de limpiar super-bien su taza por fuera, dejando dentro de la taza toda la basura que traía! ¿Para qué limpiar escrupulosamente las afueras de la taza, si por dentro sigue siendo pútrida?

Otro chiste simpático: “echar perlas ante los puercos” (Mt 7:6). En nuestra finca en Sabanilla hemos tenido cerdos, y hemos sabido por experiencia lo cochino que son. Pero cómo sería si yo le dijera a mi esposa, “Mira, mi querida Doris, vos sabes cuánto quiero a nuestras chanchitas, ¿no me prestarías tus perlas para ponérselas a ellas?” ¡Chistoso, verdad! Igual sería “tirar” las grandes verdades del evangelio y de las escrituras ante personas no aptas para recibirlas.

¿Y qué de este otro? “Nadie prende una lámpara y la pone debajo de una canasta” (Mt 5:15). ¡Qué gran tontería que sería eso! ¿Para que prender una lámpara, sólo para esconderla? No sólo opacaría toda la luz de la lámpara, sino que correría un peligro serio de causar un incendio. Pero en la vida real, es igualmente ridícula nuestra conducta cuando, habiendo recibido de Cristo la luz de la vida, hacemos todo lo posible por esconderla.

Y piensen en esta figura cómica: los fariseos son “lobos vestidos de oveja” (Mt 7:15). No sólo van los dos simbolismos totalmente contrastantes del lobo y la oveja, sino el de “vestir” a un lobo como una oveja (¿quién se encargaría de tal tarea?), un poco así como Jacob se vistió como su hermano Esaú para engañar a su padre. Literalmente, y sin humor, Jesús hubiera dicho, “esos no son ovejas, son lobos”. Pero cuando visualizamos la figura de lobos vestidos (!), y vestidos de oveja, resulta mucho más simpática la expresión.

Jesús se refería algunas veces al ojo humano con fina ironía. “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mt 7:3). Parte de lo simpático aquí es contrastar algo muy común, que todos conocemos, con algo totalmente imposible. Todos hemos experimentado alguna vez una basurita en el ojo, ¿pero todo un palo en un ojo? ¡Difícil imaginarlo! ¡Qué ojote más enorme para que cupiera esa viga! Jesús aprovecha ese contraste tan dramático y exagerado para ridiculizar el espíritu de criticonería de los que juzgan a otros sin examinarse a si mismos.

Y otro, entre muchos más que quedan: “Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti… Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de ti” (Mt 5:29). ¡Qué consejo este! Si lo tomáramos en serio, los basureros estarían llenos de órganos extirpados y el mundo, lleno de tuertos y mancos. ¿Estaría hablando Jesús en serio? Sí, y no; está hablando “en broma y en serio”, ¡pero demasiado serio! Aunque los verbos van en el modo imperativo, Jesús no nos está ordenando mutilar nuestros cuerpos. Más bien, el contraste tan exagerado, y tan lleno de ironía cómica, nos enseña la terrible gravedad del pecado y la urgencia de santificar nuestras vidas.

El Jesús de los evangelios era (y es) plenamente Dios, pero también plenamente humano, con todo y el sentido de humor que aporta tanto a nuestra vida como imagen y semejanza de Dios.
La primera herejía cristológica del Nuevo Testamento se llamaba el “docetismo”, que afirmaba que Cristo no era realmente humano sino que sólo aparentaba serlo (del griego, dokeô, aparentar, fingir). Y es que no basta afirmar la deidad de Jesucristo, sin su humanidad. Y tan grave era esa herejía, que Juan la llama el espíritu de Anticristo (1 Juan 2:18,22; 4:3; 2 Juan 7). Tampoco hay contradicción entre la deidad de Jesús y su plena, auténtica humanidad. Y por supuesto, ¡Jesús no sería plenamente humano si no tuviera sentido de humor!

Otra alusión biológica de Jesús sorprende un poco por su franqueza y su naturalidad: “Todo lo de fuera que entra en el hombre, no lo puede contaminar, porque no entra en el corazón sino en el vientre, y sale a la letrina” (Mr 7:14-15,18-19). Aunque el sentido común hoy nos diría que mucha enfermedad sí entra por la boca y contamina el cuerpo, Jesús aplicaba su comparación con el proceso digestivo con otro sentido, que se explica sin más comentario.

En Lucas 12:39 Jesús dice, “si un dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, estaría pendiente para no dejarlo forzar la entrada”. Con esas palabras Cristo quiere instarnos a vigilar a toda hora y estar siempre preparados para su venida “como ladrón”. Para captar el humor de la comparación, podríamos decir que ningún ladrón va a llamar a la casa a avisarles que va a llegar a las diez de la noche y que por favor tengan la puerta sin llave.

Los evangelios narran muchas frases y situaciones que, si nos paramos a imaginarlas o si las tomáramos literalmente, nos caerían con mucha gracia, por ejemplo el señor que no quería levantarse de la cama para contestar la puerta (Luc 11:5-9) y la viuda terca que insistía e insistía hasta que el juez se cansó y le hizo justicia (Luc 18:1-5). Tiene humor simpático el comentario de Jesús sobre Juan el Bautista (Luc 7:24-26), que podríamos parafrasear así: “¿Qué esperaban ustedes encontrar en el desierto, un predicador con saco y corbata?”. No falta un humor acerbo en el comentario de Marcos 5:26 sobre la mujer “que había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor”. ¡Ay de esos matasanos mercenarios!

A Jesús le gustaba hablar con simbolismos exagerados que tomaban a la gente por sorpresa. Nosotros estamos muy acostumbrados a la figura de “nacer de nuevo”, pero Nicodemo se quedó en la luna cuando el Señor le dijo que él tenía que nacer de nuevo. ”¿Pero cómo puede ser eso?”, pregunta Nicodemo. “¿Tengo que entrar de nuevo en el vientre de mi madre?” Podríamos ampliar el simbolismo: ¿Y cómo entro mejor, de cabeza o con los pies adelante?”. Parece que Nicodemo captó la paradoja de las palabras del Maestro, pero no el humor. Pero el evangelista sí lo entendió y lo trasmitió en su relato.

La figura de Zaqueo tiene claros ribetes cómicos (Lucas 19:1-10). Como cobrador de impuestos era funcionario del imperio romano y casi seguro rico y socialmente importante, con cierto prestigio. Pero era pequeñito y tuvo que treparse a un árbol para ver a Jesús. ¡Eso sin duda llamó mucho la atención! ¡Qué miedo, que puede quebrarse la rama y el señor funcionario se viene para el suelo! Seguramente Lucas y sus lectores se reían de esa situación cómica, y con eso se reían no sólo del diminuto Zaqueo sino también del mismo imperio romano.

El Cristo Resucitado mantuvo ese gran sentido de humor. En el camino a Emaús, cuando los dos discípulos le preguntan si él era el único forastero que no sabía lo que había pasado esa semana, Jesús contesta, con cara de inocente, “¿Qué cosas?” (Luc 24:19). Claro, ¡quien sabía mejor que él lo que pasó ese Viernes Santo! Después ellos le informan a él sobre “Jesús Nazareno, varón profeta, poderoso en obra y palabra”, todavía sin darse cuenta que es con él mismo que ellos lo están diciendo. Y al fin afirman que algunos discípulos fueron al sepulcro, “pero a él no lo vieron” (24:24). Eso, ¡cuando ellos mismos lo están viendo con sus propios ojos!

viernes, 13 de agosto de 2010

¿QUIERES SER ARRASTRADO POR EL ERROR ?




“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza” II Ped 3:17

Gracias al Señor, porque en él estoy firme, pero hoy no debo vanagloriarme de esta posición de firmeza, porque tal firmeza no depende de mí solo como persona, sino del Señor, más lo que si depende de mí es guardarme de no ser arrastrado por el error, porque puedo perder tal firmeza. Hoy, debo entender que el único récord de mi vida que existe es el escrito por mi mismo.

Mi destino no es decidido mas tarde, en la eternidad, sino ahora mientras yo vivo en la tierra. Mi destino es el eco de mis actuales decisiones.
Dice el Apóstol Pedro, sí que vosotros, sabiéndolo de antemano. No tengo excusa, yo lo se de antemano.

Sé de antemano cuanto me ama el Señor, Sé de antemano por su palabra cuan bueno es el Señor. Sé de antemano el precio que Jesús pago por mi. Sé de antemano que no estoy solo y que su amor siempre está sobre mi como un estandarte. Y porque lo se de antemano, el apóstol Pedro dice, Guardaos. Ese imperativo muestra mi responsabilidad. El Señor ha prometido hoy guardarme.

El me guardará de lo que yo no puedo guardarme, pero a mi me corresponde guardarme de todo aquello que puede arrastrarme y ese puede ser el error de los inicuos, porque si me dejo arrastra perderé la firmeza.
Para que ser ignorante de lo que Dios ha hecho y hace por mi? Todo lo que necesito conocer está escrito.
Lo sé antemano y por lo tanto en ese hecho me guardaré para jamás ser arrastrado por el error.

Señor. Que responsabilidad está ahora en mis manos. Saber que necesito conocer de antemano todo lo que has hecho y haces por mí.

En este hecho puedo descansar y necesito guardarme de ser arrastrado por el error. Gracias porque cuento con tu amor y dirección.

Gracias por tu Santo Espíritu, quien vive dentro de mí para guiarme.

Ayúdame hoy, a guardarme del error de los inicuos, porque de esa manera podré mantener la firmeza en medio de un mundo que se tambalea.

Gracias por este día y en este día recordaré lo que de antemano me haz compartido en tu amor.

viernes, 6 de agosto de 2010

APRENDE AMAR




El trabajo más grande en el cual debes enfocarte y del cual debes aprender es acerca del amor.

La vida esta llena de oportunidades para aprender del amor. Desde niños comenzamos a ser enseñados acerca del amor.

Siempre encontraremos en el mundo alguien dispuesto a amarnos y a recibir nuestro amor. Nadie nace ya siendo un experto en el amor.

Eso es algo que hay que aprender, ingresa en el siguiente link y todo el amor de Dios entrará en tu corazón.

“Así hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor, y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en él” I Juan 4:16.

El más grande trabajo en el cual debo enfocarme y de lo cual debo aprender es acerca del amor. La vida esta llena de oportunidades para aprender del amor. Desde niños comenzamos a ser enseñados acerca del amor. Siempre encontraremos en el mundo alguien dispuesto a amarnos y a recibir nuestro amor. Nadie nace ya siendo un experto en el amor. Eso es algo que hay que aprender.



En nuestro espíritu comienza despertar cuando comenzamos a recibir las primeras muestras de amor. La Biblia dice que Dios es amor y por lo tanto si creo que Dios me hizo y si él es amor, entonces no hay ninguna sombra de duda de que él me ha hecho con la capacidad de amar y ser amado.

Cada hombre y mujer cada día tienen múltiples oportunidades para aprender a amar. El mundo no es un campo de juego, sino un salón de clase. La vida no es un día de fiesta, más es un tiempo de educación. La única lección con carácter de eternidad para todos nosotros aprender es cuanto puedo amar. Pero, para poder amar con mayor calidad necesito aprender y se aprende a través de la práctica,.

Que es lo que hace a un esquiador ser un experto? La práctica. Qué a un músico ser un músico excelente? La practica. Que hace a un deportista ser un campeón?. La práctica. Que es lo que me hace a mi ser una persona que ama? La práctica. Y la vida esta llena de oportunidades para amar. Hoy quiero aprovechar esas oportunidades.

Si yo no doy ejercicio a mis brazos y a mis piernas, pronto se atrofiarán. Los brazos y las piernas se hicieron para el movimiento. Igual el alma se hizo para el ejercicio. Si no ejecuto ejercicio en mi alma, ella pronto se atrofiará y el amor es uno de los mejores ejercicios para el alma. Si no practico el amor genuino y puro mi alma se enferma.

Los músculos del alma se enferma, la fortaleza de carácter se debilita, el vigor de la fibra moral se marchita y la belleza del espíritu se seca. Amor no es una cosa de entusiasmo meramente, es la vitamina del alma. El amor es la riqueza, la fortaleza y el vigor de expresión que rodea el carácter total del cristiano.

Gracias, Señor por darme la oportunidad de aprender a amar y comprender la grandeza de tu amor. Hoy, quiero ejercitar la belleza del amor en el concepto bíblico y cristiano. Se que cada día tu me das oportunidades para aprender a amar y darme amar. Quiero no desperdiciar estas bellas y hermosas oportunidades. Se que quieres fortalecer mi alma en todas tus dimensiones. Hoy quiero responder a tu amor. Amén.